ADIOS, AUTOBOX


Realmente, fue un bacán. 

De las mejores decisiones que pude tomar. Al principio a duras penas entendía el lenguaje en el que debíamos comunicarnos, pero un parcero me dijo el primer día en que lo vio: “Eso es de todos los días”.

Los encuentros iniciales no fueron fáciles, y muy en el fondo creo que por eso no quería quedarme con él. Más de dos heridas hechas por quien escribe eran suficientes para pensar que esto no iba a terminar bien. Primeras impresiones: “Está salado”. Sin embargo mi viejo fue agradecido, leal y hasta el último momento lo llenó de elogios diciendo “Me hubiera quedado con él…”.

La noche en la que me despedí tenía ganas llorar. Dicen que lo peor es apegarse a lo que la vida va dando, pero el primero tiene algo especial. Llámelo trabajo, deudas o cariño, es diferente.

La Matta lloró. Agradecida por todos los momentos que pudimos vivir por cuenta suya. Y si alguien nos hubiera visto fijo dice que somos unos pendejos por ponernos así, pero como el que vive las cosas es uno, hay reacciones que son imposibles de evitar. Nadie vive como uno.

Me hace falta. Por las razones obvias, y las que no lo son tanto. Deben ser etapas que se “queman”, ¿cierto? Y lo digo yo, que creo haber vivido siempre con la línea de tiempo corrida. Tocaba pasar por esto.

Probablemente el segundo no tendrá nombre. Tal vez lo recuerde tan solo por un color. Pero a Autobox sí que lo recordaré por ser diferente, a pesar de que alguna vez lo compararon con taxi más.

Y así suene como una “flor”, “Barbie”, sensible o como quieran llamarme,  solo quiero darle las gracias por no fallar nunca, por dar siempre un 200%, por llevarme lejos.

Foto Isa



Comentarios

  1. El mejor de todos, no hay duda. Le esperan muchos caminos y kilómetros, Chao al parcero Autobox. Att: Isa.

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